La Iglesia vive hoy un momento histórico con la elección del Papa León XIV. Su elección no solo marca el inicio de un nuevo pontificado, sino también la renovación de nuestra esperanza como pueblo de Dios.
Nuestra fundadora, la Beata María Emilia Riquelme, nos enseñó con fuerza y claridad:
“Siempre he amado mucho al Papa… El Papa es la cabeza de la Iglesia. Es el padre común, el padre de todos; nos ama con gran ternura. … Quiero que nuestro Instituto entero se distinga por su inflamado amor al Pontificado…”
Hoy, frente al inicio del pontificado del Papa León XIV, sus palabras resuenan más vivas que nunca.
Damos gracias a Dios por habernos regalado un nuevo Papa y como familia eucarística, mariana y misionera, queremos abrazar con espíritu de fe al nuevo sucesor de Pedro, sostenerlo con nuestra oración y ofrecer cada día lo mejor de nosotras —nuestras alegrías, esfuerzos y pequeñas renuncias— para pedir a Dios que lo guarde, lo defienda, lo consuele y bendiga sus días.
Su nombre civil es Robert Francis Prevost, y su historia está marcada por su caminar entre Norteamérica, América Latina y Roma. Nacido el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Estados Unidos, Robert Prevost descubrió su vocación en la Orden de San Agustín (OSA), donde fue ordenado sacerdote en 1982. Con una sólida formación académica, se licenció en Matemáticas en la Universidad de Villanova, estudió Filosofía y Teología en Chicago, y obtuvo un doctorado en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino en Roma.
Pero más allá de los títulos, su vida ha sido eminentemente misionera. Durante años trabajó en Perú, donde fue prior provincial de los agustinos, acompañando comunidades y formando nuevas generaciones. Su cercanía al pueblo peruano dejó una huella profunda, que se reflejó también en su saludo emocionado a la diócesis de Chiclayo durante su primer discurso como Papa.
Tras servir como Prior General de toda la Orden Agustiniana (2001-2013), fue llamado al episcopado y nombrado obispo de Chiclayo en 2014. Más tarde, el Papa Francisco lo llevó a Roma como prefecto del Dicasterio para los Obispos, una de las posiciones clave en la administración de la Iglesia universal. En 2023, fue creado cardenal.
Desde el primer momento, el Papa León XIV ha mostrado un rostro sereno, humilde y cercano, invitándonos a mirar con confianza al futuro y a caminar juntos como Iglesia sinodal. En sus primeras palabras, nos ha llamado a construir puentes, a fortalecer la unidad y a ser incansables en el anuncio del Evangelio, especialmente en favor de los más pobres, los migrantes y quienes sufren las consecuencias de la guerra, el hambre y la indiferencia.
“ ¡La paz esté con todos ustedes! ¡Queridísimos hermanos y hermanas! Este es el primer saludo de Cristo resucitado, el buen pastor, que ha dado la vida por el rebaño de Dios. ”
“Por lo tanto, sin miedo, unidos y de la mano con Dios y entre notros vayamos adelante, seamos discípulos de Cristo, Cristo nos precede.”
“El mundo necesita su luz. La humanidad necesita de Él como el puente para ser alcanzada por Dios y su amor Ayúdense también ustedes, los unos a los otros, a construir puentes con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz.”
Este nuevo pontificado llega en un tiempo de grandes desafíos: el cambio climático, las tensiones geopolíticas, el drama de los desplazados, las preguntas de los jóvenes, la búsqueda de sentido en un mundo cada vez más digitalizado. El Papa León XIV asume la misión de confirmar en la fe a los hermanos, animar la esperanza y encender la caridad en los corazones.
Que María Inmaculada, Reina de la Paz, y nuestra Beata María Emilia Riquelme, intercedan para que el Papa León XIV sea un pastor lleno de luz, fortaleza y ternura para todo el pueblo de Dios.
Curia General
Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada