
Nuestra Congregación realiza su apostolado en la educación, la formación integral, especialmente de la niñez y juventud.
Con la formación humana buscamos un desarrollo armónico que les prepare para la vida en diálogo abierto con los demás. Procuramos su formación cristiana particularmente:
Con una orientación religiosa para que la fe ilumine toda su vida.
Enseñándoles y animándoles a establecer un contacto personal con Cristo, mediante la activa participación en la vida de la Iglesia.
Con un auténtico amor a María, que les estimule a vivir cada vez más conformes a Cristo.
Con una gran docilidad al Magisterio de la Iglesia, animándoles a testimoniar su fidelidad al Papa.
Con un sello eucarístico, misionero y mariano.
Realizamos nuestra misión educativa preferentemente entre las familias que viven de su trabajo y entre los más pobres, como medio más digno y eficaz para la promoción sobrenatural y humana de los hombres.
Nuestros Centros Educativos promueven, obras complementarias de la tarea educacional: Residencias de jóvenes, asociaciones y escuelas de padres, profesores y antiguas alumnas y alumnos, grupos de profundización cristiana, campamentos, voluntariados, catequesis, etc.
Para todo ello consideramos como deber primordial una adecuada preparación y formación teológica, pastoral, catequética y pedagógica.
Desde el nivel de la fe, procuramos la concientización de la comunidad educativa de los problemas de nuestra sociedad actual, cultivando el sentido de justicia, solidaridad y responsabilidad para construir un mundo más humano y solidario con criterios evangélicos.