EL BAUTISMO DEL SEÑOR
Evangelio: Mc 1, 7-11
Celebrar el bautismo del Señor es celebrar nuestro bautismo, nuestra identidad de cristianos, nuestro ser Hijos de Dios, es comenzar nuestra pertenencia a la Iglesia.

Por eso, Jesús se pone en la fila de los últimos para ser bautizado, para darnos el ejemplo de humildad, de sumisión y de acogida a la voluntad del Padre Dios, aunque él también era Dios.
El bautismo de Jesús, nos abre a la gracia de la escucha atenta de la voz del Padre que se complace en su Hijo y en sus hijos muy amados, y nos da la fuerza de su Espíritu para estar dispuestos a anunciarle con valentía, con audacia hasta los últimos confines de la tierra.
Que al celebrar hoy este misterio en Jesús, nuestra vida se vea fortalecida y podamos ser los anunciadores del Reino que la Iglesia y el mundo de hoy necesitan, liberados de todo temor, de todo respeto humano y abiertos a la gracia de la salvación que acontece cada día y a cada instante en nosotros, que a ejemplo de Juan Bautista y de la Santísima Virgen, recibamos la gracia de la humildad para saber reconocer y acoger en todo momento la Voz que debe guiarnos en el camino de la santidad.
Martha Cecilia Bedoya, mss