HISTORIA

MISIONERAS DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO Y MARÍA INMACULADA: UN COMPROMISO EUCARÍSTICO UNIVERSAL

Permite que te narre la fascinante historia de las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada, una congregación fundada en Granada (España) el 25 de marzo de 1896 por María Emilia Riquelme y Zayas. Este instituto, reconocido como de derecho pontificio y plenamente apostólico, recibió la aprobación definitiva del Papa Pío X el 5 de agosto de 1912.

María Emilia Riquelme y Zayas, la pionera detrás de esta congregación, nació en Granada el 5 de agosto de 1847. Criada en un hogar cristiano y noble, sus padres le inculcaron la fe y el amor a Dios. María Emilia, una mujer de profunda espiritualidad, buscó los valores trascendentales que llenan la sed de plenitud en el corazón humano.

Con una inclinación contemplativa y apostólica, María Emilia vivió una profunda identificación con Cristo en el misterio de la Eucaristía. Este vínculo se fusionó con un amor singular hacia María y un espíritu misionero que la impulsó a llevar la Buena Nueva a todos los rincones del mundo.

Dócil al impulso del Espíritu Santo, María Emilia fundó las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada. Más de cien años después, la congregación continúa llevando adelante sus ideales bajo la mirada amorosa de María Inmaculada, evangelizando desde la Eucaristía y sirviendo a los hermanos.

El carisma que guía a la congregación consiste en configurarse con Cristo, sacerdote y víctima en el misterio eucarístico. Esto se traduce en ser alabanza, acción de gracias e intercesión al Padre por todos los hombres, siendo una prolongación de Jesús como alimento, fuerza y consuelo para los hermanos.

Este carisma se vive en tres dimensiones fundamentales:

  • La vivencia eucarística como celebración y presencia permanente en la adoración perpetua.
  • La evangelización, tanto en misiones «ad gentes» como en diversas tareas pastorales, como educación, parroquias, obras sociales y residencias universitarias.
  • La vivencia mariana, bajo el misterio de la Inmaculada Concepción.

Siguiendo el ejemplo de María Emilia, la congregación tiene presencia en diversos países, entre ellos España, Portugal, Brasil, Colombia, Estados Unidos, Angola, México y Filipinas. La búsqueda de la canonización de María Emilia inició en 1991, con la Positio aprobada en 2011. Sus restos descansan en la Casa Madre y, desde su beatificación en 2019 en Granada, pueden ser venerados por los fieles, una manifestación de la profunda devoción hacia esta incansable defensora de la fe.

LA UNIÓN DE CORAZONES EUCARÍSTICOS:
FUSIÓN CON LAS HERMANAS CELADORAS DEL CULTO EUCARÍSTICO

Continuemos explorando esta fascinante historia. Las Hermanas Celadoras del Culto Eucarístico, fundadas por el presbítero y rector del seminario de Palma de Mallorca, don Miguel Maura y Montaner, expresaron su deseo de fusionarse con nuestra congregación, las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada. Esta unión se concretó el 11 de abril de 2010, incorporando a nuestras filas las 24 hermanas que entonces formaban parte de su congregación.

Desde sus inicios, el carisma distintivo de las Hermanas Celadoras del Culto Eucarístico se centraba en la Eucaristía, manifestándose a través del culto, la confección de formas y una marcada dimensión misionera y apostólica. En ese momento, las hermanas ya contaban con presencia en tres comunidades: Palma de Mallorca (Casa Madre), Barcelona y Madrid.

Un episodio de notable valentía marcó los oscuros años de la persecución religiosa en España en 1936. María de los Ángeles Giñard, una religiosa Celadora del Culto Eucarístico destinada en Madrid, fue martirizada el 26 de agosto debido a su condición religiosa. Su fiesta se celebra el 30 de agosto. Su valentía fue asombrosa, ya que en ningún momento intentó evadirse; de hecho, fueron a buscarla, y ella misma se ofreció, declarando que era religiosa y estaba dispuesta a dar su vida.

El proceso de beatificación de María de los Ángeles Giñard alcanzó su punto culminante cuando fue beatificada por el Papa Benedicto XVI en 2005. Su legado de coraje y devoción perdura como inspiración para todos nosotros.

TODOS SOMOS MISIÓN, TÚ ERES MISIÓN

Todos podemos ser parte de esta gran obra que María Emilia inicio y que hoy sigue viva.

CÓMO PARTICIPAR