La vida al ritmo de la Palabra

Como los lirios del campo…

VIII DOMINGO TIEMPO ORDINARIO Evangelio: Mt 6, 24-34 La Palabra del Señor en este Domingo, nos invita a reconocer su presencia continua en nosotros frente a las preocupaciones de la vida, aquellas en las que la tentación está presente para hacer casi una apología de la queja y del desconcierto. La primera lectura del profeta Isaías

Ven… ¡Sígueme!

VII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Evangelio: Mt 5, 38-48 Gracias Jesús, en este domingo me siento invitada, y seguro que tant@s herman@s mí@s también, a parar y escucharte. Escuchar, saboreando Tu Palabra, la única capaz de darnos la vida, y Vida en abundancia.  ¡Cómo me impresionas! Eres Sorpresa cada nuevo día, cada nueva Pascua semanal, eres

¿Ser sal y luz?

V DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Evangelio: Mt 5, 13-16 El evangelio, me invita a llevar la alegría, la paz, la paciencia, ahí en donde no la hay, a poner esa chispa de buen humor aun cuando las cosas no nos salen bien, yo como cristiana y religiosa, debo llevar la alegría del evangelio que tanto nos

“Convertei-vos, porque o Reino de Deus está próximo.”

III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Evangelio: Mt 4, 12-23 Estamos no terceiro domingo do tempo comum, a liturgia nos convida a acompanhar Jesus no início da sua pregação. É bonito perceber que esse início se dá numa região periférica, desprezada pelas autoridades daquele tempo. É nesse contexto de marginalização que Jesus faz um apelo fundamental: “Convertei-vos,

¡Hemos sido elegidos!

II DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Evangelio: Jn 1, 29-34 Queridas hermanas, en este momento se me encomienda compartir con vosotras esta cita del evangelio de Juan y con mucho cariño os comparto lo que el Espíritu del Señor me invita a reflexionar e internalizar en mi vida, y agradezco a Dios que coincida en este tiempo

Junto a ti, Madre, encontramos a Jesús

SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS Evangelio: Lc 2, 16-21 Aquella noche, Madre, inolvidable cuando contemplaste al Salvador en tus brazos, tan pequeño, tan sencillo, tan humilde. En tu regazo estaba el portador de las grandes promesas que Dios había hecho a su pueblo, tu corazón lleno de alegría, de asombro y esperanza, meditaba cada

Ir a Arriba